En las preguntas mas frecuentes que me hacen, muchas personas se han cuestionado sobre el estilo de vida del anacoreta o del ermitaño en particular lo que se refiere al sostenimiento económico.
Quiero primero que todo aclarar algo, siempre lo he repetido, NO SE VA AL DESIERTO POR VOLUNTAD PROPIA sino por pura Misericordia de Dios, que es quien llama y da la gracia de vivir bajo este estilo de vida.
Con mucha humildad le digo a aquel que se sienta llamado en acoger este estilo tan particular y desconocido de vida: Si tu vienes en búsqueda de beneficios económicos, sociales, de estatus, de reconocimiento, de solvencia económica, de riqueza y de una serie de gustos y apetitos desordenados la vida ermitaña no es tu lugar, porque en el desierto lo único que se encuentra es cansancio, fatiga, soledades, tentaciones, pruebas... lo único que el Ermitaño posee es su pobreza y sus miserias que las carga día a día y las presenta al buen Dios.
Pero entonces hablando objetivamente se puede decir que el Ermitaño esta llamado a vivir del trabajo de sus manos, es decir, como cualquier ser humano que le toca sostener sus gastos trabajando en lo que sea necesario, el ermitaño debe desarrollar su plan de sostenimiento como fruto de una acción concreta que le permita recoger los fondos suficientes para el sostenimiento personal y el sostenimiento del lugar donde vive.
Seria una pena pensar que el Ermitaño sea una carga para las personas que lo rodean y lo acompañan, no me imagino un anacoreta cansando a un Obispo pidiéndole el sostenimiento... O a un anacoreta siendo una carga para su familia, antes al contrario creo que estamos llamados a un desprendimiento absoluto incluso hasta en los detalles que a nuestro sostenimiento se refiere.
Siempre le digo a las personas que en este punto tenemos que tener dos claridades:
1. Dios es infinitamente bueno y si el nos ha llamado a este estilo de vida no va a dejar a su siervo morir de hambre, como un Padre Misericordioso siempre saldrá en nuestro auxilio. (Lo puedo decir por experiencia propia)
2. Tenemos que ser muy novedosos, originales, creativos y arriesgados, para poder desarrollar todo nuestro proyecto laboral y lograr una solvencia estable y ante todo anónima! (esto para aquellos ermitaños que viven en las ciudades y trabajan en empresas, oficinas, escuelas... ESTAR EN EL MUNDO sin Ser del Mundo y con una vida OCULTA Y ANÓNIMA.)
En conclusión la vida del ermitaño tiene dos pilares fundamentales LA ORACIÓN y EL TRABAJO... este ultimo es complemento del primero, a cada hora del día, en el trabajo que se este realizando el ermitaño debe estar siempre con la mente puesta en Dios, ofreciendo cada sudor y sacrificio en reparación por sus propios pecados y los pecados y la salvación de la humanidad entera.
Alabados sean Jesús y Santa María
Hno. W.A.C.R.
Ermitaño