Mucho
se dice del evangelio de Juan, algunos tienen la afinidad magisterial de insertarse
en el texto y descubrir esa agua viva que brota de él.
Era
de los que creía que lo más importante de la Teología Joanica era descubrir quién
era el autor, centrar mi atención en lo superfluo del texto y dejar pasar de
largo el corazón, el núcleo de este evangelio.
Siempre
repetía que lo más importante de la sagradas escrituras era descubrir ese
corazón (Núcleo) latiente, no solo quedarse en lo asombroso que puede llegar
hacer el juego de palabras, sino más bien entrar en los misterios profundos que
esas palabras encierra.
Gracias
a los tutoriales que pude observar y algunas lecturas complementarias en
fuentes fidedignas, he podido tomar la llave de una puerta que yo estaba
cerrando, la llave del núcleo de la teología de Juan en su evangelio y las
fuertes interpelaciones que le hace al mundo de hoy.
El
evangelio de san Juan tiene unas características únicas, que ya antes las hemos
tratado, su manera de expresarse, las palabras que utiliza, la comunidad a la
que iba dirigido, el sentido mesiánico de mostrar la realidad de Cristo. Pero
hoy centraremos nuestra reflexión en el núcleo del evangelio de San Juan que se
desarrolla desde tres dimensiones, una dimensión Cristológica, una dimensión
Soteriológica y una dimensión escatológica.
A
continuación presentare de manera de resumen estas tres realidades las cuales
se descubren cuando se tiene la plena claridad de la estructura teológica del
evangelio de San Juan, no solo la estructura temática, sino más bien la
teológica que es la que nos importa y a la cual debemos apuntarle.
NUCLEO
CENTRAL DEL EVANGELIO DE SAN JUAN:
EL
ENVIADO QUE HA VENIDO AL MUNDO PARA QUE TENGAMOS VIDA Y LLEVARNOS AL ABRAZO
ETERNO CON EL PADRE
El núcleo central del
evangelio de San Juan como decía anteriormente, se arraiga profundamente en el
sentido Cristológico: Jesucristo es el enviado, en su sentido Soteriológico: ha
venido para que tengamos vida y en el sentido Escatológico: para llevarnos al
Padre.
Se puede evidenciar en
la lectura orante del evangelio como una especie de espiral en donde el
evangelista nos repite varias veces algunos términos que nos pueden llegar a
parecer repetitivos sin embargo, afirmaba el profesor Vladimir en su tutorial,
que esta espiral se concreta en un tiempo específico y que también es una
interpelación al tiempo actual que estamos viviendo.
Esta espiral es el
despliegue del núcleo que trataremos de explicas: La persona de Jesucristo, que
estaba desde el principio con el Padre, que ha sido enviado a recoger al hombre
para llevarlo nuevamente al Padre y que se estreche en un profundo abrazo.
Pero vamos a
adentrarnos más profundamente para comprender el despliegue axiológico de estas
dimensiones e iremos desarrollándolas:
DIMENSION
CRISTOLOGICA DEL EVANGELIO DE SAN JUAN.
Esta dimensión parte
desde la afirmación que Jesucristo es el logos encarnado, expuesta de manera
concreta en el prólogo del evangelio de San juan, es la palabra enviada, es el
enviado del Padre que vino a los suyos, estaba siempre en el seno del padre, en
una profunda intimidad con El; él fue el arquitecto de todo su plan redentor;
fue quien vino con la misión de hablar en nombre de Dios, él tiene la misión de
trasmitir a los hombres las palabras que El mismo les ha enviado. Jesucristo es
la promesa prometida por Dios a la humanidad, ha sido Dios, quien en Jesús vino
habitar con nosotros y quien desea llevarnos a ese abrazo eterno con Dios, pero
esa íntima relación con Dios la veremos más adelante en la escatológica
joanica.
La Cristología de San
Juan presenta entonces una estrecha relación con la realidad y la salvación de
los hombres. Presenta la imagen de un Cristo encarnado que viene al mundo para
presentarle al hombre un proyecto de salvación que nace precisamente desde esa
intimidad con el padre. Jesús habla de sí mismo en el evangelio de san Juan
como el enviado del Padre, nos diría san Juan Pablo II que esta intimidad, que
esta unidad de Cristo y su padre en el proyecto salvífico “continúa siendo la
expresión de la unión más profunda entre el Padre y el Hijo, reflejo de la
unidad trinitaria: “Conviene que el mundo conozca que yo amo al Padre y
que según el mandato que me dio el Padre, así hago” (Jn 14, 31). Más
todavía, esta unión de voluntades en función de la salvación del hombre, revela
definitivamente la verdad sobre Dios, en su Esencia íntima: el Amor; y al mismo
tiempo revela la fuente originaria de la salvación del mundo y del hombre:
la “Vida que es la luz de los hombres” (cf. Jn 1, 4).”
DIMENSION
SOTERIOLOGICA EN EL EVANGELIO DE SAN JUAN
Se parte entonces de la
afirmación Cristológica de que Jesús ha venido al mundo para que tengamos vida
y vida abundante, aquí ya comenzamos a comprender la estrecha relación
tripartita de estas dimensiones joanicas que conforman el núcleo del evangelio.
Esa expresión de “tengamos vida” está siendo una fuerte afirmación en presente,
en el aquí y en el ahora, la palabra enviada, el logos encarnado ha venido al
mundo para que tengamos vida, esta es la acción salvífica concreta de Jesús, el
viene a recogernos, viene a salvarnos para que nosotros tengamos vida.
Como nos diría el
teólogo Franz Mudner “en la teología joánica la soteriología es inseparable de
la cristología, pues ésta está ordenada totalmente a aquélla. Así aparece de
manera ejemplar en el concepto soteriológico fundamental de Juan: soe («vida»).
Pues Cristo no solamente confiere la vida, sino que él mismo, como el Logos de
vida, preexistente, oriundo del mundo celestial de Dios y encarnado (Jn 1, 4; 1
Jn 1, 1), es la vida en persona: «Yo soy la vida» (Jn 11, 25; 14, 6; 5, 26) y
el pan celestial de vida (6, 35.48). Es enviado para traer la vida al mundo (3,
15s; 10, 10). El que «cree» en él, le «ve», le «conoce», le «tiene», y por él
tiene ya ahora (cf. especialmente 5, 24; 1 Jn 3, 14) «la vida eterna» (Jn 3,
15s.36; 5, 24; 6, 40.47; 10, 28; 17, 2s; 20, 31; 1 Jn 5, 12)”
Esta vida que nos trae el verbo encarnado se
expresa fundamentalmente en la vida sacramental, en la comunión que nos es
presentada y a la cual nos quiere invitar, en esa entrega oblativa al padre y
en el quedarse expresamente con nosotros en la comunión eucarística. Como lo
afirma Mudner “Al creyente se le transmite la salvación, que en su esencia es
comunión con Cristo (cf. Jn 15, 1-5), en la generación sacramental (bautismo)
por el Espíritu de Dios (1, 13; 3, 5s; 4, 14; 7, 38s; 1 Jn 5, 6ss) a través de
la entrega de Jesús a la muerte «por la vida del mundo» y de su representación
y aplicación en el don eucarístico (Jn 6, 51c-58), e igualmente a través de la
aceptación obediente de la palabra vivificante de Cristo en la fe (5, 24; 6,
63.68; 8, 51). La fe es el camino para la salvación, entendiéndose el acto de
creer en forma totalmente existencial, como entrega decidida y radical de la
persona entera con todas sus fuerzas al salvador Jesucristo; pues
en la teología joánica Jesús es siempre el objeto de la decisión de fe.”
DIMENSION
ESCATOLOGICA DEL EVANGELIO DE JUAN
Cristo viene al mundo,
enviado del Padre, para que tengamos vida y para llevarnos al Padre viene para
introducirnos en la persona de Él y llevarnos al Seno del Padre como está
expuesto en el evangelio de San Juan.
Este llevarnos al
abrazo eterno del padre tiene su construcción en el aquí y ahora, pero su
plenitud la obtendrá en el momento mismo de nuestra resurrección, es un
comprender la realidad del más allá, que juan nos presenta como un abrazo
eterno, es ser eternamente amado por Dios y amarlo, y no solo a Dios sino
también a los hermanos. Como lo expone el profesor Vladimir en el video
tutorial.
La escatológica joanica
parte desde la realidad el ahora, “la salvación escatológica está vinculada de
manera radical y decisiva al salvador Jesucristo, al Logos de vida que apareció
ya en el mundo; consecuentemente la salvación y la condenación, la vida y el
juicio irrumpen desde el futuro en el presente del tiempo de la fe: «El que no
cree, ya está juzgado» (Jn 3, 18); «el que tiene al Hijo, tiene la vida» (1 Jn
5, 12; cf. asimismo Jn 5, 24; 1 Jn 3, 14). Con ello, el «ahora» presente del mundo
adquiere un valor especial, único: se trata del tiempo de la decisión
irreversible, que entraña la salvación o la condenación” nos lo afirma el
Profesor Munder.
Juan presenta una
escatológica más radical, que se centra en el misterio escatológico de nuestra
fe: Cristo, quien viene a nosotros para llevarnos al padre, para prepararnos
una moradas, unas mansiones, en donde habitaremos, es importante afirmar que
esta salvación y esta condenación tienen un tinte futurista sino que se realiza
en el aquí y ahora, esa salvación debe entenderse como una común unión entre
nosotros y el padre, que es la meta por la cual ha sido enviado el logos
encarnado, diría Munder “La «salvación» no consiste solamente en el logro de un
«entenderse definitivo» (así Bultmann), sino en el misterio de la comunión con
Cristo que el Padre otorga y que nos trae la vida, en el permanecer en Cristo.
Sin embargo, esto no significa una anticipación entusiasta del futuro o su
total desvirtuación; pues, también la teología joánica conoce la existencia de
un juicio futuro (Jn 5, 27ss; 15, 6) y de un desarrollo todavía pendiente del
don salvífico de la vida por la futura participación manifiesta de los
discípulos en la gloria celestial del Glorificado, después de la resurrección
de los muertos (cf. 14, 2s; 17, 24.26), y en la visión directa de la doxa sin
velos del Cristo glorioso (17, 24)”
CONCLUSIÓN
El núcleo de la
teología Joanica tiene como principal protagonista la persona del Jesús vivo,
resucitado, El que procede del Padre y que es enviado a los suyos para
recogernos y llevarnos nuevamente al padre. Aquel que nos invita a tener vida,
pero vida en abundancia.
Nos expresaba en el
tutorial el profesor Vladimir que la dimensión Cristológica del evangelio de
San juan tiene como consecuencia la Soteriología y que está a su vez es
continuada en la escatología. Que las tres dimensiones están completamente
encadenas, es decir el misterio del logos enviado, que viene a los suyos para
ofrecerles una vida abundante y eterna en una perfecta comunión con el Padre.
A la hora de comprender
y acoger este núcleo teológico, se despliega con mayor claridad el mensaje
teologal que el autor quiere presentar, es también una invitación a nosotros
para acoger este evangelio en nuestra propia vida y desplegarlo teniendo la
certeza de esta conformación teológica y derrumbar esas estructuras mediocres
que en momentos nos hacemos con una idea netamente devocional.
Es importante también
analizar que una de las características más sobresalientes que Juan presenta en
el nuevo testamento es precisamente esa concentración cristológica que ningún
otro evangelio presenta. Y nos ayuda a comprender que este núcleo buscaba
resolver precisamente la problemática, que aun en día puede llegar a ser muy
actual, que era sobre la divinidad mesiánica de Cristo.
Trabajos citados
II, S. J. (1987). Jesus el Enviado por el Padre .
Roma .
Merchan, V. (2016). Encuentros
sincronicos. Obtenido de Teologia Joanica :
https://www.youtube.com/watch?v=2SKUQrSLle8
MUDNER, F. ( de de ). Juan,
Teologia de Samun. Obtenido de Mercaba :
http://www.mercaba.org/Mundi/4/juan_teologia_de.htm
Hno. W.A.C.R.
Ermitaño