lunes, 22 de agosto de 2016

María, Reina, Maestra y Madre del desierto


Hablar de Santa María es hablar de la mujer del silencio, de la mujer que enfrento las contrariedades de la vida y se aferro al Plan de Dios haciendo vida la misma palabra, en ella se encarno el verbo y se hizo hombre, es ella la mujer que lanza e impulsa a la acción al Señor Jesús, es ella la que acompaña con su silencio y oración la vida publica de Cristo, es ella quien sin miedo y firme esta al pie de la Cruz, es ella la que acompaña la oración de los apóstoles en el momento de pentecostes.

La Mariologia, nos enseña que hablar de María es hablar de Jesús, no se puede acoger la vida de Cristo sin acoger la presencia de la Madre que lo dio a luz, es un grave error pensar que hablar de Santa Maria es hablar de sus virtudes y dejar de lado a Cristo... Existe personas que le brindan un culto exagerado y deformado a la Madre del Señor, cayendo en grave riesgo de idolatría, cuando la misión primordial de la Madre es llevarnos a todos hacia Jesús.

Otro de los riesgos en los que nos vemos enfrentados a diario es cuando encontramos un exagerado fanatismo, una exagerada piedad popular por supuestas manifestaciones y apariciones que en momentos rayan en desobediencia con la iglesia.

Pero entonces se preguntaran ustedes: ¿Como vivir una autentica piedad filial a Santa María?

En Primer lugar es importante descubrir a María como Madre, Madre de Cristo y Madre nuestra, una madre que ama a sus hijos los conduce a un autentico amor, a un autentico encuentro con la plenitud y la felicidad que solo podremos encontrar en su Hijo Jesús... Como Madre la virgen fiel nos conduce a Jesús para que nosotros conquistemos en nuestra vida una plena configuración con el Señor; María quiere que nosotros en nuestra vida también hagamos carne y vida la palabra del Señor al punto tal que nuestra vinculación con el Señor nos impulse a una autentica trasformación del mundo.

Otro aspecto sobresaliente de la Virgen María es descubrirla como la mujer del Silencio, son muy pocas las expresiones que los evangelios nos presentan de las intervenciones de Santa María, puede esto significar dos aspectos importantes. El primero es que María era una mujer obediente a la tradición Judía, era una mujer celosa de sus costumbres y por ende una mujer reservada.
También puede significar que Santa María era una mujer de silencio contemplativo y profundo porque sabia a quien tenia que exponer su corazón... Ese silencio nos habla de la mas tierna prudencia que se puede encontrar en los evangelios, las cosas de Dios que se van guardando en lo profundo de nuestros corazones. 

Por ultimo encontramos a María como reina, no se podía esperar mas, el premio dado por el Señor y el Padre a aquella que fue Madre, Hija y Esposa, la santísima Trinidad condecora con méritos, con gracias absolutos, la fidelidad de aquella que acompaña y educa, Santa María como reina nos invita a descubrir en nuestras vidas la llamada del Señor que nos invita a todos a la Santidad, hacer fieles al plan de Dios...


Alabados sean Jesús y Santa María

HNO. W.A.C.R.
ERMITAÑO

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